El pequeño Bogdan, de cuatro años, sólo vestía un pijama fino. Había ido sonámbulo, y de madrugada, a la casa de un vecino. Su madre, Maria de 27 años, se despertó a las seis de la mañana y no encontró al niño en casa.

Descubrió que el menor había abierto la puerta de casa y había salido a la calle sin nada que le protegiese de las bajas temperaturas de la zona, que llegaban a los 20 grados bajo cero, según publico 'Daily Mail'.

Tras salir a la calle, la madre siguió las huellas que su hijo había dejado en la nieve hasta hallar el cuerpo del pequeño.

Las autoridades rusas han iniciado una investigación sobre la muerte. El niño vivía en la aldea de Yaga en el distrito Uzhursky de la región de Krasnoyarsk.