La posibilidad de comprar cualquier objeto desde casa gracias a Internet ha supuesto una revolución y ha permitido al gran público acceder a cualquier producto con un sólo clic.

Para esto, los móviles permiten ahora el desbloqueo con la huella dactilar del propietario. También hay aplicaciones bancarias que han desterrado los códigos de acceso para dar ventaja a este sistema más seguro.

Al menos, eso parece y creen los usuarios. Sin embargo, esa seguridad ha sido inútil con Ashlynd Howell, una niña de seis años que vive en Little Rock, Arkansas (EEUU), junto a su familia.

Bethany Howell, su madre, dormía la siesta cuando la pequeña decidió encargar varios juguetes Pokémon. Lo hizo a través de la cuenta en Amazon de su madre, a la que accedió una vez había desbloqueado el terminal.

Cuando los padres vieron el listado de 13 productos cuyo importe alcanzaba los 240 euros y que aparecían ya pagados y de camino a su domicilio, creyeron que se trataba de un hackeo de cuentas.

Sin embargo, cuando preguntaron a su hija sobre los hechos, ésta parecía "realmente orgullosa de sí misma", según informa el diario 'New York Times'. Después, tranquilizó a su madre, explicándole que los objetos irían directos a su casa.