Una niña inglesa de nueve años quería ir a Disneyland París y decidió poner en marcha su plan para finalmente conseguirlo. Aprovechando que padre dormía, entró hasta su dormitorio, cogió su tarjeta de crédito y actuó.

La menor reservó billetes de avión para su familia, la entrada el parque temático, el hotel y hasta un tour turístico. Después, quizá para dar una sorpresa, decidió no decir nada.

Cuando dos días después el padre se dio cuenta de que le faltaban más de 1.100 euros en la cuenta, no pudo creer lo que estaba viendo, en el extracto figuraban reservas de todo tipo. Cuando preguntó a su hija sobre lo ocurrido, ella confesó. Según declaraciones del hombre recogidas en el medio 'Independent', la niña dijo que no volvería a pasar: "Me pidió disculpas y prometió que me ayudaría con los gastos".

Inmediatamente, el hombre intentó que le devolvieran todo el dinero y, a pesar de que al principio le dijeron que no, finalmente lo logró.