Nada más saltar a la luz la controvertida multa de los agentes de policía de Londres, que obligaron a desmontar el puesto de limonada que la niña tenía en la calle, las autoridades pidieron disculpas y anularon la sanción de los agentes.

El padre de la pequeña, Andre Spicer, que ha apoyado a su hija desde el incidente para que volviera a montar su puesto, asegura que "decenas de festivales y mercados han ofrecido la oportunidad de montar un puesto de limonada", según cuenta el diario 'Metro'.

Lo que comenzó como un juego, para que la pequeña pasara un verano más ameno vendiendo limonadas a menos de un euro, va a tener un final feliz y con una repercusión mayor de la esperada. El padre ha asegurado a través de Twitter que están abrumados por "la amable respuesta".