Desde que fue agredida brutalmente en los aseos del colegio, Jasmine no puede entrar sola a un baño público. "El mensaje que recibía en el colegio de 'no vales para nada' era el que yo le daba a mi hermana pequeña" explica la joven. Se duchaba sin parar y decidió suspender todo para repetir curso y alejarse de sus acosadores y, aterrorizada, ya en el instituto, se pasó al otro lado. "Cogimos un roll de que antes de que se rían de mí, prefiero reírme de alguien. Era como la ley del más fuerte", explica Jasmine.

Contaba en el programa 'El Objetivo', de laSexta, cómo se arrepiente de haber intimidado a compañeros. Nidia también experimentó bloqueo y miedo, dice, hasta dejar de sentir. "Cuando te acosaban en la clase era la batalla y, luego, en casa, te recuperabas", detalla. Por su parte, su padre, destaca que "el proceso de Nidia fue muy largo, y, por eso, no decidió suicidarse".

Para eliminar el bullying, afectados y asociaciones piden cambios urgentes en la normativa. "Que el Código Penal recoja el acoso escolar como tal porque en la actualidad el delito no está tipificado como tal, figura como delitos contra la integridad moral", explica Mar Valdeita, vicepresidenta de la Asociación Madrileña Contra El Acoso Escolar.

Además, también son necesarias campañas efectivas de detección de acoso, y de sensibilización, en los centros escolares. "Hay centros que empiezan a pasar ciertos test, pero eso no mide la influencia del acoso", detalla Enrique Pérez Carrillo, presidente de la Asociación Española para la prevención del acoso escolar. Es importante detectarlo antes de que machaque a los jóvenes, porque, según la Organización Mundial de la Salud, más del 20% de los estudiantes sufre algún tipo de acoso escolar.