Su historia comenzó en Vietnam donde, con tan solo cinco años, le prometieron una vida mejor y la mandaron a China. Este fue el comienzo de 30 años de esclavitud. Según Metro, después de China la trasladaron a Rusia para recoger fruta y luego a Francia para trabajar como esclava sexual en un campamento forestal.

Fue aquí donde la separaron de su hijo de 11 años. La metieron en un camión refrigerado camino de Inglaterra. En Londres, la tenían secuestrada en un sótano con otras siete mujeres. Aquí trabajó como esclava sexual hasta un día pudo escapar."Un día, se olvidaron las llaves en la mesa y uno de los compañeros me dijo que si escapábamos. Recuerdo que dije que sí, y corrimos durante una hora", relata Thanh.

Tantos años de esclavitud sexual han afectado a su cuerpo. Debido a las numerosas violaciones que ha sufrido su espina dorsal ha quedado dañada. Ahora, se ha vuelto a reunir con su hijo y ambos comienzan una nueva vida.