Way y Orris, de Inglaterra, dejaron su relación porque él prometió que dejaría las drogas y no lo hizo. Después de estar un tiempo separados, Orris no soportaba que saliese con otros hombres, se presentó en su casa, cogió un cuchillo de cocina, amenazó con violarla y la estranguló hasta dejarla sin respiración.

La mujer consiguió sobrevivir, necesitó terapia y una reconstrucción en la cara. Después de la operación se miró en el espejo y decidió hacerse fotos diariamente, para superarse día tras día y concienciar a las demás mujeres que sufren violencia machista.

"Me convertí en la reina de los selfies, tomaba una foto de mi cara todos los días para ver como cambiaba y mejoraba, me parecía terapeútico. Lo hacía también para quitarme las cicatrices mentales", confirmó Way según 'The Mirror'.

Cuando se dio cuenta que podía ayudar a otras mujeres mostrando su superación, empezó a compartir las fotos en las que aparecía con la cara deformada en Facebook. Orris fue condenado a 18 meses de prisión.