Las medicinas se están convirtiendo para muchas personas en un producto de lujo. En el 13% de los hogares españoles se han dejado de comprar medicinas por problemas económicos. "Mucha gente que tiene una circunstancia como desempleo, hijos... no pueden asumirlo", explica Elena Gallego, farmacéutica.

Cáritas y Cruz Roja constatan la existencia de la pobreza sanitaria. 850.000 personas en nuestro país tienen que renunciar a productos básicos para la salud. "Medicamentos para resfriados, jarabes, gotas y demás ya no están financiados", añade Gallego.

"Estoy en el paro sin ayuda, tengo a mi madre con dependencia y la tengo que cuidar yo. Aunque quisiera trabajar no podría y por eso debo comprar lo más barato", explica en el interior de una farmacia una clienta.

En Galicia, UGT denuncia que muchos pensionistas no pueden enfrentarse al copago de las medicinas que la Seguridad Social ya no cubre. "El único ingreso es la pensión y están por debajo de los 600 euros, por eso mucha gente debe decidir entre tomar la medicación o comer", sostiene Valentín Tato de la Unión de Jubilados y pensionistas de Galicia UGT.

Ante esta situación, en Cataluña, el Banco de Medicamentos dona medicinas a personas necesitadas. Mercé Garrigosa, responsable de Barcelona del Banco farmacéutico, destaca que "cada farmacia recoge para una entidad y tiene un listado de medicamentos".

Hay 450 puntos de recogida, una ayuda directa de persona a persona en la que ciudadano compra el medicamento para el que lo necesita. En España hay enfermos que nunca utilizan el servicio público de salud por falta de recursos.