Pippa McManus, de Reino Unido, se tiró a las vías del tren despies de discutir con sus padres sobre el abuso excesivo que hacía del gimnasio. Huyó de su casa gritando que se iba a suicidar y así lo hizo. Marie y James McManus, los padres de Pippa, denuncian que fue dada de alta de psiquiatría solo cinco días antes del terrible suceso.

"Pip pasó los últimos tres años luchando contra la anorexia, desnutrición, depresión y autolesión. Creemos que los fallos en el cuidado de nuestra hija desde el principio fue la causa de su muerte", lamenta la madre, que añade que "se necesita un tratamiento efectivo rápido y si esto hubiera estado disponible tal vez ella todavía estaría viva".

Pippa fue ingresada en la clínica tras sufrir un fuerte trastorno alimentario en 2014. Durante su internamiento se autolesionó y amenazó varias veces con suicidarse. Uno de sus médicos aseguró que era el caso "más severo" de anorexia nerviosa que él había tratado y es que llegó a pesar 27 kilos y encontraron cuchillas de sacapuntas escondidas en su oso de peluche.

Ya quisieron dar de alta a Pippa en febrero de 2015 pero los médicos localizaron siete cartas de adiós a sus padres, hermanos, amigos e incluso a su perro, por lo que volvió al hospital. "No puedo luchar contra la anorexia más de lo que he hecho. Lo he intentado, pero me ha ganado" rezaba una parte de la carta. Aunque un jurado ha dicho que darle el alta fue lo correcto, su familia sigue pensando que se podía haber evitado su suicidio.