Según WWF, alrededor del 90% de los elefantes de Selous, en África, ha muerto "a manos de cazadores furtivos", al tiempo que han señalado que "queda mucho por hacer para acabar con este crimen contra la naturaleza".

En 1989, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres prohibió el comercio internacional de marfil. "Sin embargo, todavía hay mercados de marfil no regulados, que alimentan un comercio internacional ilegal y a la creciente demanda de los países asiáticos ricos", tal y como ha continuado WWF.

Asimismo, la organización ha señalado que además de por el marfil, en el caso de los elefantes asiáticos, la captura de elefantes salvajes para el "uso doméstico" está "dañando gravemente a sus poblaciones".

No obstante, según asegura la ONG, India, Vietnam y Myanmar han prohibido su captura, aunque, en Myanmar "los elefantes son capturados cada año para utilizarlos de animales de carga en la industria de la madera, con fines turísticos o para el comercio ilegal", según han señalado.

La organización también ha indicado que EEUU y China ya han anunciado su compromiso de prohibir el comercio de marfil en su país, lo que "da esperanza" porque estos son uno de los mercados "con más demanda" y ahora podrían ayudar a la recuperación de la especie.

Por otro lado, WWF ha destacado la pérdida de hábitat del elefante, como resultado de "la expansión de los asentamientos humanos, el desarrollo de plantaciones y la construcción de infraestructuras como caminos, canales y tuberías".

En el marco de la celebración del Día Mundial del Elefante, WWF recomienda a la ciudadanía "no comprar objetos de marfil" y, si se compran productos que contengan aceite de palma, "buscar aquellos que estén certificados como sostenibles" para "frenar la deforestación de sus hábitats".