Un total de 306 policías británicos han sido acusados de aprovechar su posición para explotar sexualmente a personas, entre ellas víctimas de delitos, reveló un informe.

De acuerdo con la Inspección de Policía, organismo a cargo de esta investigación, el abuso de autoridad con fines sexuales es la forma "más grave" de corrupción que afrontan las fuerzas del orden en Inglaterra y Gales, las regiones incluidas en el documento.

Las cifras recopiladas corresponden a los dos últimos años hasta finales del pasado marzo y el informe fue encargado en su día por la primera ministra británica, Theresa May, cuando era titular de Interior.

Tras conocerse esta información, el Consejo Nacional de Jefes de Policía consideró que esta situación no puede nunca justificarse.

Algunos policías fueron incluso procesados por delitos sexuales, como la agresión a una mujer que viajaba en un furgón de la Policía o por haber tenido relaciones íntimas con una adolescente de 15 años que había sido víctima de una violación.

La ministra de Interior, Amber Rudd, afirmó que este informe es escandaloso y "perjudica a la Justicia y la confianza de la población" en las fuerzas del orden.