María respira aliviada, el juez le ha conmutado la condena de un año de cárcel por una multa de 3.240 euros que tendrá que pagar en 18 meses. "La alarma social que se ha creado con este asunto ha tenido una respuesta", afirma María.

Es un paso más en su incansable batalla judicial. Acumulaba hasta cuatro condenas por incumplir el régimen de visitas de su hija a su exmarido, condenado a 21 meses de prisión por malos tratos físicos y psicológicos. Pero la justicia siempre ha indultado a María, la última vez en julio de este año.

Estos indultos son decisiones que siempre ha lamentado su exmarido, que acusa a María de perseguirle a él y a su familia con denuncias falsas.

Sin embargo, ella sostiene que lucha en nombre de su hija, una menor de 15 años testigo de los malos tratos que su padre infringió a su madre. "Yo lo único que he hecho es acceder a lo que ella me pedía, que era que no quería ver a su padre".

Además, pide un pacto de Estado contra la violencia de género para evitar que se repitan historias como la suya.