En una piscina abandonada de Campanillas, en Málaga, asegura el joven que sufrió la agresión sexual. Desde entonces vive atemorizado, no se atrevió a contarlo hasta hace cuatro meses: "Le han obligado a tu niño a que le chupara la picha, así lo dijo tal cual el niño. Entonces mi niño dice: 'yo te lo iba a contar, lo que pasa que me da mucha vergüenza'" explica María Ángeles López, madre de la presunta víctima de abusos.

Su hijo de 14 años además sufre una discapacidad intelectual del 40%. Según la denuncia, un compañero de clase de su misma edad y el hermano de éste de 11 años fueron los presuntos agresores. Aunque todo sucedió en verano de este año no se destapó hasta octubre por una pelea en el instituto en la que tuvieron que intervenir los profesores.

Ahí fue cuando la víctima se atrevió a contarlo y aseguró que había un testigo. Se trata de otro compañero de clase que estaba detrás de una puerta cuando sucedieron los hechos. El adolescente que presenció lo ocurrido contó la misma versión.

Desde entonces la madre no se puede explicar cómo el supuesto agresor y su hijo siguen compartiendo clase: "Queremos pedir esa misma tarde o mañana una orden de alejamiento y que este niño entre en un centro de menores"

La Fiscalía de Menores de Málaga y la Junta de Andalucía están investigándolo. El juez ha abierto diligencias contra uno de los presuntos agresores ya que el otro es inimputable por su edad. Desde el centro escolar no han querido hacer declaraciones.