En Estados Unidos fue el '#MeToo'. En España, el hashtag ha tomado forma de '#cuéntalo'. Tras la indignación por la sentencia de La Manada, miles de mujeres están compartiendo en las redes sociales los abusos, las agresiones sexuales y las violaciones que han sufrido en su vida. Experiencias horriblemente cotidianas narradas por mujeres de todos los ámbitos de la sociedad. Políticas como Irene Montero han narrado ese miedo que sufren todas las mujeres de forma habitual.

"Sentir miedo al vover a casa por las noches. Fingir hablar por teléfono o pedirle a una amiga que no cuelgue hasta entrar en el portal, correr nerviosa los últimos metros con la llave preparada. Nos ocurre a todas, ahora lo vivimos en común", ha reflejado la portavoz de Unidos Podemos en su cuenta de Twitter.

No es la única que se ha manifestado en las redes sociales. La andaluza Teresa Rodríguez explicaba uno de los episodios que sufrió: "Un tipo en bicicleta se me para, me coge las tetas con las dos manos y se va riendo. Miedo, vergüenza, odio. La ciudad se convierte en una enemiga".

También, periodistas como Mayka Navarro o Elisa Beni, que relata su caso. "Tres veces me intentaron agredir sexualmente: en una litera del expreso Madrid-Pamplona, un coronel del Tercio en Ceuta y un estudiante de arquitectura del Opus en Pamplona. Del acoso sexual en el curro os lo cuento otro rato", explicaba Beni en su cuenta de Twitter.

A reconocidas bloggers se les sigue erizando la piel ante los recuerdos. "Con 11 años un hombre me levantó la falda por la calle y me sobó el culo. No había esponja luego que me quitara el recuerdo de ese tacto", cuenta 'Barbijaputa'. La dibujante Paula Bonet también se ha manifestado por su dura experiencia. "No lo verbalicé hasta diez años más tarde. Me sentía responsable y sucia. No fui capaz de verbalizarlo ni de denunciar.

Desgraciadamente, este tipo de situaciones no son exclusivas de mujeres conocidas. Son de dominio público. "Tengo 32 años y me despierto con miedo cuando se me cae el edredón por las noches. Cuando era pequeña me pasaba igual. El hombre que más tenía que haberme querido tiraba el edredón al suelo y ahí empezaba todo", relata Paula en Twitter.

Elisa, Lucía, Isabel, Ella... Son los nombres de mujeres que se han armado de valor para señalar, para gritar; para exigir que este tipo de agresiones dejen de ser ordinarias y se conviertan, al menos, en extraordinarias.