Sin banderillas, ni estoque... Por primera vez, no hubo sangre en las becerradas de Algemesí. Cada lidia terminó con el becerro saliendo de vuelta a la ganadería y entre aplausos, muy lejos de la imagen de otros años.

Y todo bajo la atenta mirada de los animalistas, que grabaron a los seis becerros para asegurarse de que cumplían el acuerdo.

La medida se aprobó en marzo, con 16 peñas a favor de cambiar la tradición y 11 en contra. "La decisión se tomó en una Asamblea General de todas las peñas. Los altercados del año pasado han influido en esta decisión", explica Alberto Fernández, Presidente de la Comisión taurina municipal.

El año pasado hubo fuertes enfrentamientos e insultos entre vecinos y animalistas. Un centenar de activistas se enfrentaron al pueblo exigiendo el fin de las becerradas. Defendiendo que el sufrimiento de estos pequeños becerros era una salvajada.

Mozos sin experiencia pinchaban al animal e intentaban así, una y otra vez, darle muerte sin éxito. Multiplicando su agonía. Un pequeño triunfo para los defensores de los animales que ya no tendrán que ver, al menos en Algemsí, trofeos en forma de animal arrastrados por la calle.