Una situación alarmante que se repite en otros puntos de España. Los embalses están al 43% de su capacidad cuando lo normal en esta época es que estén casi al 60%.

La falta de lluvia ha afectado sobre todo a las cuencas del Júcar y Segura, pero excepcionalmente también a las del noroeste, donde este año hidrológico ha llovido casi un 40% menos. Preocupa la del Duero: al 35% de su capacidad. La del Miño Sil está casi un 20% más baja que el año pasado.

En el embalse de Vilasouto, en Lugo las ovejas pastan donde antes había agua. Y a pesar de las lluvias de los últimas semanas y las restricciones de riego, la situación no mejora. José Luis y Jesús recuerdan con nostalgia cómo era Mansilla antes de la construcción del embalse. "Hay un almendro que es el último que vi yo, el de detrás de la iglesia", explica uno de ellos.

Porque casi 50 años después, la brutal sequía ha desenterrado el pueblo. "La sequía de este año es bestial. Estamos encima del pueblo cuando sería imposible", comenta. "Tengo 75 años pero nunca he visto una como esta", señala un ciudadano.

En Colomera, Granada la situación también es crítica. Si no llueve, el abastecimiento de riego para el año que viene está en peligro. Son ejemplos de la devastadora sequía que este año ha provocado que la reserva hidraúlica esté un 26% más baja que en los últimos 10 años.