Los vecinos del Cruceiro de Roo, en A Coruña, achacan el alto número de casos de cáncer de pulmón a la acumulación de gas radón en sus terrenos. De 81 casos analizados, han detectado 23 personas con la enfermedad.

"Si la prevalencia es del 4%, aquí estábamos en el 28%", afirma José María Dios, médico.

Este gas noble que se acumula en el subsuelo en zonas de granito y pizarra puede llegar a ser peligroso para quienes están expuestos a él durante décadas. Es la primera causa de cáncer de pulmón en personas no fumadoras. Por eso, en 2013 la Unión Europea puso en marcha una directiva que obliga a controlar los niveles de radón en las viviendas. En España, la normativa todavía no se ha desarrollado y previsiblemente situarán los límites en 300 becquerelios por metro cúbico.

"Un nivel de referencia 300 es muy alto; deberíamos establecer un nivel de referencia 100, lo que dice la OMS", sostiene José Miguel Rodríguez, director de la Fundación Salud Ambiental.

En casa de Ina Diéguez, en plena sierra de Madrid los días de invierno en los que no había ventilación, la concentración de gas radón subía hasta los 4000 becquerelios. Una empresa hizo mediciones y consiguieron rebajar los niveles creando una vía de escape para el gas acumulado en el subsuelo de la vivienda.

Los expertos urgen al Gobierno a tomar medidas que eviten correr riesgos innecesarios.