Mientras la Virgen de las Nieves pasea al son de un pasodoble, el párroco decide irse, entre aplausos de ironía y caras de indignación y abucheos.

"Es culpa de él, es un provocador, sacando fotos a todo el mundo. Se tiene que ir de aquí", comenta uno de los vecinos.

El rifirrafe comenzó cuando sacaron a su virgen a hombros a ritmo de pasodoble. La tensión iba creciendo por momentos, porque el sacerdote no paró de grabar con su móvil los hechos para poder denunciarlo. Considera indigno lo que le están haciendo la Patrona del barrio de Los Realejos.

Los vecinos explican que todo lo hacen con respeto y afecto. "La sacamos con respeto y el pasodoble se lo pasamos también con respeto", añade una mujer. "El barrio entero tiene un sentimiento de cariño y afecto a nuestra patrona", reitera otro de los vecinos.

Durante todo el día la puerta de la iglesia ha permanecido cerrada a cal y canto y con un comunicado del Obispado de Tenerife: "El pasodoble es digno para una verbena o similar. La imagen es simplemente un acto impropio de personas educadas y una falta de respeto a la expresión de la libertad religiosa".

El párroco lleva cuatro años en el barrio y asegura que actuó así para apoyar al arzobispado.