El ayuntamiento de Curtis, en A Coruña, es pionero en hacer cumplir la Ley gallega de Montes y está intentando eliminar todo lo que pueda arder en los bordes de la carretera. Ninguna zona arbolada puede estar próxima a las vías de comunicación.

Ramón Díaz, agente medioambiental, explica que "para controlar los grandes incendios tenemos que tener dónde pararlos y una manera de hacer cortafuegos es esta".

Sobre el terreno, los agentes forestales han instalado carteles advirtiendo a los propietarios de tal manera que se marcan las distancias: cuatro metros en castaños, robles y frondosas; 10 metros en pinos y eucaliptos.

En un plazo de dos meses, deben retirar aquellos árboles que incumplen la legislación o asumir una sanción que puede llegar a los 100.000 euros. Díaz cuenta que "de lo que se trata es de minimizar en la medida que se pueda el impacto de los incendios".

La ley obliga a respetar 10 metros en vías principales y cuatro en las forestales. Más aún en ayuntamientos de especial riesgo de incendios, como el de Curtis. Vigente desde hace ya cuatro años, es ahora cuando los propietarios comienzan a tomar conciencia.

"La prueba de que los vecinos han tomado nota es que en cualquier carretera o pista forestal nos encontramos, ahora sí, seis metros en el margen en el que ya no quedan eucaliptos. Emilio Corral, vecino de Curtis, afirma que "estuvimos informados en todo momento y llegó el momento y cortamos y lo veo muy bien".

El objetivo es evitar incendios como los que el año pasado costó la vida a cuatro personas y calcinó 49.000 hectáreas.