Los neumáticos de invierno no solo son para la nieve. Cuando las temperaturas son inferiores a los siete grados y la calzada está mojada o helada nos pueden salvar la vida.

"Como estos neumáticos tienen una profundidad de dibujo mayor que los neumáticos convencionales se mejora la adherencia a la calzada, se evitan situaciones de aquaplanning y se disminuye la distancia de frenado", explica Octavio Ortega, de la empresa Pons Seguridad Vial.

Según varios estudios de fabricantes, con la carretera mojada y a 80 kilómetros por hora, la distancia de frenado puede reducirse en hasta seis metros.

"Vemos como el vehículo equipado con neumáticos de invierno se detiene varios metros antes que el vehículo equipado con neumáticos normales lo que se traduciría en tener un accidente o poder evitarlo", comenta José Luis Rodríguez, de la Comisión de fabricantes de neumáticos.

Los neumáticos de invierno son la alternativa legal a las cadenas cuando nieva. En carreteras con muchos túneles son imprescindibles, pero las ventas en España no acaban de rodar.

"En algunos países europeos el mercado llega a suponer hasta un 30% de las ventas totales de neumáticos al año, sin embargo, en España estamos hablando aproximadamente de un 3 o un 4% de mercado", revela José Luis.

Si se venden, el gran problema es dónde guardar el otro juego de gomas. Por eso, algunos talleres cuentan con un servicio de guardería.

"Aproximadamente un cinco o un 10% de clientes utiliza nuestro servicio de guardería de neumáticos", comenta Jesús López, de Talleres Midas. Una manera de tener el coche a punto a prueba de temporales.