No es necesario tirarlas, es muy fácil convertir las pieles de patata en snacks. "Se pone el aceite para que esté fuerte, se tuesta un poco y el aspecto que queda es bastante atractivo", comenta Pedro Caballero, cocinero. Misma operación e idéntico resultado con la piel de puerro.

Estos platos son los que más se desperdician en verano, además de frutas y verduras, lácteos, bebidas y pan. Y de lo cocinado, lo que más va a la basura son lentejas, tortilla de patatas, cocido de garbanzos, ensalada verde, crema de calabacín y puré de verduras, frente a las patatas fritas, la ensalada de tomate o el arroz a la cubana, que tiramos en invierno.

"En España se desperdician unos 7,7 millones de toneladas al año de alimentos y el 42% se desperdician a través del hogar", afirma Ofelia Almeida, técnico de cooperación de la 'Fundación Musol'. Precisamente, desperdiciamos más en primavera y verano, un 52,2%, frente al 47,8% del otoño e invierno. Estamos lejos, alertan, de un consumo responsable.

"Hay que tener una lista de lo que queremos comprar e ir andando", dice Álvaro Palomino, responsable 'Miele Experience Center'. Y un último consejo, colocar en la primera fila del frigorífico los alimentos más antiguos y los más nuevos detrás. Así conseguiremos llenar menos la papelera.