El 1999 se abría el primer hospital privatizado en la historia de España y el lunes 1 de abril de 2018 el hospital de Alzira pasará a ser enteramente público. Para Carmen Montón, consellera de Sanidad de la Generalitat Valenciana, afirma que "la salud es un derecho y no un negocio" y que se harán "más contrataciones e inversiones".

Fue una promesa firmada en el 'Pacto del Botánico' entre PSOE y Compromís: terminar con el mayor y más duradero experimento de gestión privada en la sanidad pública en España, que según sus promotores traería menos listas de espera además de un ahorro a la administración.

Rosario Muñoz lleva trabajando en el Hospital de Alzira desde que el PP lo privatizara y en estos 18 años ha visto que el ahorro prometido no ha sido tal, ha echado en falta más inversiones, y ha notado como el personal aumentaba sus horas de trabajo. "Se ha sobrecargado al trabajador para hubiera una mejor asistencia y el paciente no notara las carencias", nos cuenta.

El hospital de Alzira ha dado nombre a lo que se conoce ya como el modelo Alzira, de privatización sanitaria. La Generalitat valenciana encargaba construir el hospital a la compañía Ribera Salud, un conglomerado de empresas que se hace con la gestión y con la contratación de personal.

A cambio, la Generalitat paga un canon por habitante a la empresa, que no asume gastos como Farmacia o transporte sanitario.

La concesionaria critica a la administración por terminar con el modelo, pero la Generalitat niega ese ahorro y pone sobre la mesa los sobrecostes generados.