Ana García es una joven que sufrió un ataque de ansiedad este curso cuando empezaba a responder un examen: "Empecé a agobiarme, a sudar, a llorar, estaba muy nerviosa, no sabía seguir ni salir del paso". Con 19 años se presentará dentro de unos días a la prueba de Selectividad y reconoce que siente inseguridad al tener que estudiar tanta materia: "Pienso que no voy a dar la talla que no voy a saber expresar todo lo que he estudiado como realmente debo hacerlo".

Los profesionales en el aula detectan estos casos por su cercanía con los alumnos, pero aseguran que trabajan con un sistema educativo que les limita a la hora de buscar alternativas. "Esto hace que tengamos unos ritmos demasiado elevados y que nuestra exigencia se la volquemos a ellos", explica Mar Mejías, directora del colegio 'Los Naranjos' de Madrid.

Los psicólogos, preocupados, observan que en estos casos cada estudiante reacciona de una manera diferente. "Ha habido algún caso de que algún chaval se ha intentado suicidar por la presión de los exámenes", asegura el psicólogo Iago Taibo.

En el colegio de 'Los Naranjos' de Madrid los chicos y chicas se ejercitan emocionalmente de cara a la Selectividad. Así consiguen tranquilizarse y rebajar los nervios para evitar situaciones de estrés. El timbre del instituto suena por última vez para Ana y su clase, si todo va bien, la próxima vez lo escucharán en la Universidad.