El último caso ha sido el de una niña de 11 años en pleno barrio Salamanca de la capital. La pequeña denuncia que un hombre de unos 55 años intentó raptarla al salir del colegio. La esperó a la salida de clases en una esquina de la calle Juan Bravo de Madrid y trató de agarrarla por el brazo e introducirla a la fuerza en un coche blanco.

Ella misma relata que pudo zafarse. El hombre huyó en el coche y ahora la Policía investiga el caso, que no sólo ha llegado a las comisarías; circula además por los grupos de Whatsapp activos entre padres, lo que provoca que la información que fluye no sea siempre correcta o exacta. Es ahí cuando comienzar a brotar la psicosis que las autoridades tanto desaconsejan en estos casos.

Para evitar el alarmismo ante este tipo de casos, tanto los centros de formación como la Policía piden calma ante la tensión desatada por las últimas noticias relacionadas con menores. Cinco intentos de rapto en las últimas horas en Madrid son culpables del nerviosismo que se ha extendido entre algunos padres y demás miembros de la comunidad educativa.

El del barrio Salamanca es el último intento de rapto que investigan las autoridades. Antes, un menor de 14 años relataba claramente su caso el pasado jueves en Las Rozas, también en Madrid: "Que sí, que sí, venga, sube. Uno me agarra del brazo, el otro sale de la furgoneta corriendo; entonces tiro del brazo, me pega un arañón, me queda ahí la marca, tiro del brazo, me viene el otro, le doy una patada y salgo corriendo".

Es el relato del menor, tal cual. Ocurrió en el colegio Logos y el intento llevaba la firma de dos hombres en una furgoneta roja. La Guardia Civil sigue investigándolo con esas dos pistas (el relato del niño y la furgoneta roja). También investigan otra denuncia presentada hace dos días de otro intento de rapto a un menor en una parada de autobús en la misma localidad.

En Pinto, el pasado martes, los padres de un niño de 12 años denunciaron que su hijo les contó que un hombre le intentó raptar agarrándole por los hombros y amenazándole con matarle si gritaba. El menor huyó y el centro envió una circular describiendo el aspecto del supuesto captor.

En Arroyomolinos, también el pasado martes, se denunció otro intento de rapto a otro menor en los alrededores de un centro comercial de esta localidad madrileña. Habría sucedido a finales del año pasado, pero hasta ahora no han creído necesario denunciarlo.

La consecuencia ante tal número de intentos de rapto ha sido el refuerzo de la vigilancia en el entorno de los centros educativos de Madrid. La Policía Municipal de Madrid tiene 170 "agentes tutores" cuyo trabajo consiste en gran parte en vigilar a diario los colegios para evitar cualquier incidente, incluidos raptos, y cuya labor se suma a la instauración de la llamada policía comunitaria, que implica destinar más agentes a estas labores.