No tienen consuelo. Rotas, se abrazan unas a otras, intentando recomponer el dolor de quienes saben que sus hijos han sembrado el horror en todo un país.

Son las familias de muchos de los terroristas de Las Ramblas. Como la madre de los dos hermanos Abouyaakoub. Uno de ellos fue abatido, y ahora a Younes es el único miembro de la célula terrorista que falta por localizar, en árabe y desesperada, su madre intenta mandarle un mensaje: "Quiero que se entregue, lo prefiero en la cárcel a muerto, no quiero que maten a los demás".

La prima de los hermanos Abouyaakoub, también en nombre de su tía, explica que le cuesta creer que su hijo, sea un terrorista: "Ella dice que no cree que haya sido el, es normal es una madre y no se cree que esto haya pasado".

Como la madre de los Aallaa, que todavía confía en uno de ellos: "el coche estaba a su nombre pero él no ha hecho nada y está detenido". Habla del único que sigue vivo, Mohamed Aallaa, que figura como el propietario del coche en el que fueron interceptados y abatidos los cinco terroristas de Cambrils.

Entre ellos los hermanos Hichami, los que hasta ahora eran unos buenos hijos para su madre: "Nunca ha tenido ningún problema, ni conmigo ni con nadie". Su otra hija tampoco entiende lo que han hecho sus hermanos en nombre de su religión: "Los niños que están muertos en Barcelona... no puedo ver la tele".

En esta concentración de duelo y rechazo al terrorismo en Ripoll, el pueblo donde vivían los terroristas, han querido dar la cara y guardar un minuto de silencio por las víctimas que han muerto a manos de sus propios hijos.