Las vías estaban inundadas y destrozadas en el tramo del accidente. Ahora se investiga si la velocidad del tren era adecuada para las circunstancias en las que se encontraba el tramo.

"Nosotros no somos los que ponemos una limitación de velocidad en la vía en un momento determinado. De eso se encarga el administrador de infraestructuras", afirma Nicolás Fernández, portavoz del SEMAF en Sevilla.

Eso es lo que también tendrá que averiguarse: si el maquinista, que se encuentra todavía en estado de shock, recibió o no un aviso de ADIF del estado de la zona. Precisamente, Fomento insistía en que el accidente fue algo no previsible.

"En ese lugar acababa de pasar un tren hacia poco y no había absolutamente nada", ha defendido Íñigo de la Serna, ministro de Fomento. El suceso ocurrió en el kilómetro 19. El tercer vagón del convoy descarriló debido a la fuerza del agua.

Según los sindicatos, si la velocidad hubiera sido la normal, unos 160 kilómetros por hora, podría haber ocurrido toda una tragedia. Las excavadoras ya trabajan para restaurar el terreno y poder retirar el vagón.