Antes de llegar al pantano, Paula y Marc sacaron dinero en un cajero. Es su última imagen vivos. Querían pasar unos días en el embalse, paseando en kayak y durmiendo en el coche.

Dos días después de desaparecer, los Mossos encontraron el kayak. Alguien lo había llenado de piedras para ocultarlo en el fondo del pantano.

Luego, en la otra punta, aparece el coche a siete metros de profundidad. Los mossos utilizaron unos globos y una excavadora para sacarlo a flote. Alguien lo hundió a propósito.

Ya en la orilla descubren que falta la ventanilla del conductor. Los cristales están dentro. Creen que el asesino la rompe para entrar a por ellos mientras dormían en el interior.

Un mes después encuentran los cadáveres a 14 kilómetros del coche. Están desnudos. Marc tiene un disparo por la espalda y Paula un tiro en la sien casi a cañón tocante. El forense cree que ha sido ejecutada. No puede saber si ha sido violada, el estado de descomposición del cuerpo está demasiado avanzado.

Al principio sospechan de un ciudadano belga: alguien que nada más desaparecer la pareja, volvió repentinamente a su país. No es él.

También investigan la posible participación de 'Igor El Ruso', acusado de asesinar a tres personas en Teruel y que podía andar por la zona cuando Marc y Paula fueron asesinados.

El agresor metió la ropa de Marc y Paula en sus mochilas y las ató a los cadáveres para que no flotaran. Fue la sequía la que permitió que los cuerpos salieran a la superficie.