Las camareras de piso son unas de las olvidadas de la mejora del turismo. "A nosotras nos afecta básicamente en que tenemos más trabajo pero económicamente no", ha señalado Tina Pérez, camarera de piso.

Sus condiciones no sólo no mejoran, sino que han empeorado con la crisis y la destrucción de los trabajos que soportaban más carga física.

El causante, según ellas, es la reforma laboral. Antes los hoteles contrataban por convenio sectorial por 1.200 euros y una jornada definida. Después, externalizaban para pagar 700 según las habitaciones hechas. Esta fórmula ha sido criticada incluso por grandes empresarios del sector.

"La ministra dice que hay que subir los salarios, me parece como de coña, si quieres subir los salarios es muy sencillo: que se toque la reforma laboral", ha señalado Antonio Catalán, presidente de AC Hoteles by Marriott.

El aumento de la precariedad ha hecho todavía más duro un trabajo que, las 'kellys', llegan a comparan con la minería. "Es un trabajo con esfuerzos repetitivos. Son ocho horas a contrarreloj en los que se produce estrés", ha señalado Berta Flórez, camarera de piso.

Esta situación se da en un momento en el que aumentan los visitantes, el precio de las habitaciones sube hasta los 95 euros de media y la ocupación roza el 70%.