Los sacaban hasta en camilla. Tuvieron que atender incluso a alguna niña tirada en un banco. Tambaleos, tambaleos y más tambaleos. Y todo por culpa del alcohol. Y solo tienen entre 13 y 17 años. Algunos hasta lo demuestran enseñando el carné y dicen, sin problemas, que beben de todo. No parecen tenerle mucho miedo a los efectos del alcohol.

El Samur atendió sólo en una noche anoche en la pradera de San Isidro a 21 menores, entre 13 y 17 años, por intoxicaciones etílicas. Tres de ellos tuvieron que ser trasladados al hospital.

Una zona de la pradera estaba repleta de menores bebiendo. La Policía trataba de controlar, al menos, que no mezclaran con otros estupefacientes.

Un desmadre sencillo de montar. Según estos menores, les es muy fácil conseguir el alcohol en ciertos negocios.

La futura ley contra el consumo de alcohol pretende endurecer la venta a menores y sancionar a los padres. Mientras tanto, más de uno y de una, sin saberlo, seguirá arriesgando su salud y quizá su vida.