Ha llovido, sí, pero no lo suficiente para acabar con la tremenda sequía. Y menos si escuchamos a la ministra Tejerina: "Las sequías en España, desgraciadamente, vienen para quedarse".

Dice que los regantes tienen en su mano la posibilidad de una mejor gestión de agua. "Deciden cuánta agua, a qué ritmo lo consumen y si fuerzan dos o tres cultivos en una misma campaña", ha señalado la ministra.

El Congreso aprueba un paquete de medidas con exención de pago de tarifas para los agricultores más afectados. Unas medidas, insuficientes. "Parece que lo encomienda todo a rezarle a alguna Virgen para que caiga agua", comenta María González, diputada del PSOE.

"Es un parche en el que se le dice a los regantes, que no se preocupen que no van a pagar por el agua que reciben, agua gratis en momentos de escasez", afirma Pedro Arrojo, diputado de Unidos Podemos.

El problema, señalan, es la sobreexplotación de los acuíferos, y piden el cierre de los pozos ilegales. Se estima que en España hay más de un millón.

La situación es especialmente crítica en Galicia, a la que estás últimas lluvias han esquivado y las restricciones dejan de ser cosa de horas nocturnas. En Irixoa, A Coruña, a partir de mañana serán por el día. Algunos ganaderos no saben cómo van a hacerlo.

"Aquí a las 12 ya estaría el corte hecho. Entonces, ahora, cuando nuestras vacas salgan de ahí, que es cuando van a beber, no encuentran agua", afirma un ganadero.

En Vigo, su alcalde ya se plantea traer agua en barcos cisterna si sigue sin llover, y las ayudas, sin llegar.