Hay tanta sequía en Galicia que los antiguos habitantes del pueblo viejo de Portomarín, en Lugo, pueden volver a las casas que inundó el embalse de Belesar.

Luis conoció a su mujer en una fiesta, cuando la orquesta tocaba en un palco de la música que hoy vuelve a estar descubierto. "Da un poco de nostalgia, te hace recordar los tiempos pasados que no vuelven", cuenta Luis, vecino.

Normalmente el embalse está lleno de piragüistas o pescadores de anguilas. Pero las barcas llevan semanas varadas ante la falta de agua y los peces, escasean.

Es raro ver el puente construido en los años 30 del siglo pasado. La sequía también nos enseña los restos del puente románico. Son las ventajas de que el embalse, en pleno invierno, esté al 26 por cien de su capacidad.