El pueblo de Pizarra está conmocionado con lo sucedido con Lucía, la pequeña de ocho años que ha sido hallada muerta junto a las vías del tren de la localidad malagueña. Algunos vecinos fueron testigos del momento en el que desapareció la niña.

"Estábamos dispuestos a pagar para irnos, pero en ese momento la madre comenzó a gritar 'Lucía, Lucía', y la menor no aparecía por ningún lado", cuenta una clienta del bar en el que estaba la menor. La noticia corrió como la polvora.

"Lo vi por Facebook y bajé para buscar a la pequeña", señala otra vecina de Pizarra. En mitad de la noche, centenares de vecinos salieron en su busqueda. Una vecina encontró el chupete de Lucía. "Estaba metida debajo de una pata del asiento, y la madre confirmaba que su hija no iba sin chupete a ningún lado", relata.

Y, sin embargo, Lucía no aparecía. Así transcurrió una larga noche de búsqueda que terminó con la peor de las noticias. "El dolor que tiene el pueblo de Pizarra no lo podría describir con palabras", afirma el alcalde del municipio, Félix Lozano.

Ahora Pizarra es un pueblo unido por la tragedia, que arropa a una familia rota y que no entiende lo sucedido. El ayuntamiento ha decretado tres días de luto en memoria de la pequeña.