Ni malos tratos, ni manías en casa. Naiara era una niña feliz, según cuenta su madre. "Mi hija no era maltratada en casa, jamás, jamás se le puso un dedo encima", ha dicho Mariela Alejandra Benítez.

En su primera entrevista, muy afectada, después de la violenta muerte de su hija, la madre de la pequeña la describe como una niña cariñosa: "Mi hija estaba feliz, me dio un beso y me dijo: 'te quiero, mamá'".

Cuenta que no se explica qué pudo ocurrir. Dice que su cuñado, en prisión provisional, acusado de matar a la pequeña, era generoso con Naiara y sus primas.

"Si había gaseosa les daba a todas por igual, era un trato a todas por igual; no sé qué ha podido pasar", afirma la madre.

Desde Chile, el padre biológico de Naiara acusa a exmujer y a su entorno de los malos tratos a la pequeña: "Yo quería a mi hija siempre al lado mío y ella siempre me lo negó". Asegura que presentará pruebas en España para que se haga Justicia tras la muerte de su hija.