En la huelga del 8M, ellas son protagonistas absolutas, pero en la que muchos hombres han querido saltar a la retaguardia.

En el centro social Arganzuela en Madrid preparan una ludoteca donde dejar a los niños el 8M. A Gonzalo, de 16 años, esto le emociona: "Me encantaría que a las 9:30 horas estuviera la puerta llena de mujeres para dejar a sus hijos para estar todo el día de huelga y por la tarde poder ir a la manifestación".

Quieren mostrar que cuidar se tiene que conjugar también en masculino. Daniel Gutiérrez, del colectivo Hombres en solidaridad con el 8M, explica que "los cuidados de los niños y de los mayores nos afectan a todos".

Alberto Matesanz ha alquilado con otros hombres un autobús para recoger a los niños de su cole madrileño y que la huelga de ellas no sea utopía: "Los recogeremos, les daremos las meriendas y haremos todo lo que sea necesario siendo conscientes de que el protagonismo es de ellas".

Lo mismo pretende Pablo, con otros hombres se encargará de la comida para el día de la huelga: "Vamos a hacer 50 bocadillos que nos han pedido". En la planta de la Ford, en Valencia, las mujeres están en minoría pero su voz se oirá porque sus compañeros les harán los coros. Carlos Faubel, responsable de UGT en la fábrica destaca que van a "parar la factoría dos horas".