Empezó siendo un enfermo anónimo que mandaba vídeos a sus amigos de Facebook Y por alguna razón, la campaña de Pablo Ráez se volvió viral. "Pablo es de esas personas que cuando se cruzan en tu vida quieras o no te la cambia y te la cambia para bien", señala un amigo.

Nada más lanzar el llamamiento, Málaga multiplicó por 40 el número de donantes de médula ósea y en toda España, los donantes aumentaron un 36% en 2016. "Si durante 2015 se alcanzó un número muy bueno que era de 100 donantes nuevos al día, en 2016 este número se ha duplicado, ha habido 200 donantes nuevos de médula ósea todos los días", señala Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Transplantes.

Su paso de la plenitud física al dolor de una cama de hospital lo han seguido día a día sus más de 700.000 seguidores en redes sociales. La clave es que su campaña ha llegado sobre todo a jóvenes, el donante ideal y el más escaso. "El mayor homenaje que se le puede hacer a Pablo es el que él pedía constantemente, que nos hagamos donantes de médula", explica José Bernal, alcalde de Málaga.

El presidente del Gobierno destaca su ejemplo de vitalidad y manda un abrazo a su familia. Dani Rovira le conoció y le despide como un amigo. Pablo deja tras su muerte un legado de donantes que salvará muchas vidas.