A pesar de sus dificultades, Virginia y su marido llevan años intentando ser padres. "No puedo gestar porque mi útero tiene una malformación que impide llevar a cabo un embarazo", explica. Ahora, con la entrada en vigor de la ley por gestación subrogada, podrán hacerlo en Portugal. "Para nosotros es una esperanza en todos los sentidos: por cercanía, por el coste. No es lo mismo irte a EEUU, que es una hipoteca, que aquí en Portugal que, además, es altruista. La ley es restrictiva pero cumplimos los requisitos", añade.

La nueva ley portuguesa reconoce el acceso a mujeres que carezcan de útero o que tengan algún tipo de lesión o enfermedad en él que les impida el embarazo. Y siempre con la aprobación de las autoridades lusas tras varias pruebas médicas y psicológicas. La ley deja fuera, por tanto, a parejas de hombres homosexuales, padres solteros y mujeres que puedan ser madres pero quieran evitar el embarazo.

Portugal exigirá que los tratamientos de reproducción se realicen en un centro médico del país y que los documentos legales estén en portugués. Permitirá que la gestante no resida en el país, pero sí tendrá que hacer la evolución inicial, el tratamiento y dar a luz allí. Además, lo hará de forma gratuita. Algo que para quienes están en contra de esta práctica no tiene ningún sentido. "El altruismo no funciona. En Inglaterra, más de mil parejas acuden al extranjero. Y en Canadá, el 75% acuden también al extranjero", Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas.

Sin embargo, para las asociaciones a favor esta ley es un paso adelante muy positivo. "Portugal cumple un mandato de la UE de hace un año, que pidió a los países que revisaran sus políticas restrictivas por gestación por sustitución y Portugal lo ha hecho y está regulando", Pedro Fuentes, presidente Asociación Son Nuestros Hijos. Una regulación con la que familias como la de Virginia y su marido tendrán un poco más cerca el acceso a su sueño.