En la apertura del año Judicial, el rey se sitúa junto a los miembros del Tribunal Supremo y entre ellos no hay ni una sola mujer. Es la imagen que muestra que ellas lo tienen más difícil para alcanzar puestos de responsabilidad, y la desigualdad máxima en la justicia.

Para ello, basta con mirar la formación de los altos tribunales de España. Esto es, todos los tribunales superiores de las 17 Comunidades Autónomas, el Consejo General del Poder Judicial, la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional.

Sólo hay una mujer presidiendo uno de ellos: Pilar de la Oliva, en Valencia. "Cuando son los hombres quienes eligen, también tienden a elegirse entre ellos", ha señalado Amalia Fernández, presidenta de la Asociación de Juristas Themis.

El número de juezas ya supera al de hombres. No obstante, atendiendo a los altos cargos judiciales, las mujeres sólo ocupan el 30% de los puestos; más allá, en presidencias, menos de un 5%. Así lo explica Susana Gisbert, que aspiró a ocupar una vacante en el Constitucional: "Hay una sociedad machista donde les cuesta mucho más valorar los méritos de una mujer que de un hombre".

El techo de cristal para ocupar puestos de responsabilidad también existe en el campo de la educación. De 50 universidades públicas, sólo en tres las rectoras son mujeres. Y en cuanto a Ciencia, únicamente el 13% de las becas superiores se las conceden a ellas. "Tienes que demostrar lo que vales por encima de lo que se esperaría", lamenta Isabelle Vernos, investigadora de ICREA en el Centro de Regulación Genómica.

En España tenemos un 13% de policías nacionales mujeres, y sólo ocupan dos de las 118 Comisarías principales. Además, tan sólo el 18% de las directivas del Ibex son mujeres. Todos son techos profesionales para ellas que la sociedad debe romper para llegar a ser igualitaria y justa.