Fueron casi 45 minutos de declaración en los que el autor de los vídeos de la violación múltiple denunciada en San Fermín se defiende y reitera, al igual que sus compañeros, que fue una relación consentida. El Guardia Civil acusado de agresión sexual dice que ya desde el primer contacto con la joven en la Plaza del Castillo se estaban refiriendo a mantener sexo en grupo.

"No recuerdo las palabras exactas pero quedó totalmente claro que estábamos hablando de sexo", ha declarado en el juicio. El acusado reconoce que, una vez dentro del portal donde sucedieron los hechos, nunca hubo un 'sí' explícito: "No le dijimos '¿está usted segura de que quiere mantener relaciones sexuales con los cinco?' Yo recuerdo que, al besar a Boza, yo les dije 'qué, ¿calentando motores? Ella empezó a reírse. No hacía falta preguntárselo", reitera.

Afirma que él empezó a grabar al comienzo de los 15 minutos de relación. "Yo recuerdo que dije 'este momento hay que inmortalizarlo con un vídeo'. Fue cuando saqué el móvil y empecé a grabar". La fiscal le pregunta entonces: "¿Todo el mundo se enteró, tanto sus amigos como la denunciante?". El Guardia Civil responde que "sí".

Según esos fragmentos de vídeo, mientras 'La Manada' miraba a la cámara y sonreía, ella ni siquiera abría los ojos. Los informes policiales, de hecho, destacaban la actitud pasiva de la joven. La declaración del acusado que conocemos ahora insiste, en cambio, en que era ella quien llevaba la batuta en el momento de la relación sexual en grupo.

"¿Cómo se encontraba ella?", pregunta la fiscal al acusado. Y él responde: "De lo que yo recuerdo, y he podido ver en los vídeos, lo definiría como placer". La violación denunciada, cuenta, se hacía por turnos por falta de espacio. En uno de esos momentos, él aprovechó para robar el teléfono de la chica, quitarle la carcasa, la tarjeta SIM y la tarjeta de memoria. Lo hizo, dice, por avaricia, y no para dejarla incomunicada. Al día siguiente, tras ser identificados en la plaza de toros, tiró el aparato en un contenedor.