Les dispararon a los dos. Así se desprende de los exámenes forenses. A ella, al menos una vez en la cabeza, aunque no se ha encontrado ningún proyectil. Además, se le han tomado muestras para saber si sufrió una agresión sexual.

Pero su identificación se complica por el mal estado de los cuerpos. Tendrá que ser la policía científica la que se encargue, a través de pruebas como las del ADN, de hacerlo. Los agentes están convencidos de que son Marc y Paula. Y de que quien acabó con sus vidas quiso eliminar todas las pruebas del doble crimen.

Por eso, arrojaron los cuerpos al agua con piedras en las mochilas y hundieron el coche y el kayac de la pareja. Además, según algunas informaciones, un testigo contó a los Mossos que el día de la desaparición escuchó gritos y disparos en el pantano.

Los agentes buscaron casquillos o cualquier otra prueba. Al no encontrarlos pensaron que los ruidos procedían de los cazadores de la zona, un paraje en el que también son habituales las fiestas nocturnas. Ese día, dicen algunos trabajadores, hubo una. Los agentes continúan rastreando el pantano en busca de pistas que arrojen luz a lo que ocurrió aquel día.