Fernando tenía problemas con la droga y muchas deudas. Para pagarlas aceptó llevar un alijo a Suiza. Se tragó 67 cápsulas de cocaína, pero una se le rompió en el estómago y empezó a sentirse mal.

Eriberto es el presunto líder de la banda de narcos que le hizo el encargo. Al verle grave, no llamó a ninguna ambulancia. Tampoco sus supuestos socios lo hicieron.

Según el fiscal, dejaron que muriera y le abrieron en canal para sacarle la droga del cuerpo. Después, siempre según la acusación pública, le decapitaron y descuartizaron, le metieron en una maleta y lo tiraron en un bosque del sur de Francia.

No obstante, se dejaron por descuido tres bolas de coca en el colon y esófago de la víctima. La Policía francesa encontró el cadáver y analizó la droga. Era la misma partida que le encontraron al acusado. Piden para ellos entre 24 y 30 años de cárcel.