La juez que investiga el crimen de un agente de la Guardia Urbana de Barcelona, cuyo cadáver fue hallado calcinado el pasado 4 de mayo en el maletero de su coche, ha enviado a prisión a su expareja y al supuesto amante de la mujer, ambos también miembros de la policía local barcelonesa.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), la titular del juzgado de instrucción número 8 de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) ha enviado a prisión a los dos agentes, que fueron detenidos por los Mossos d'Esquadra, tras tomarles declaración a lo largo de toda la tarde.

La principal hipótesis de los investigadores es que los detenidos mataron al agente y posteriormente calcinaron el cadáver, oculto en el maletero de su coche, en un camino apartado del pantano de Foix (Barcelona), después de que éste descubriera que mantenían una relación sentimental a sus espaldas, según han informado fuentes cercanas al caso.

La primera en comparecer ante la juez ha sido Rosa, la expareja del agente fallecido, que ha declarado durante unas dos horas, en las que ha respondido a las preguntas formuladas por todas las partes, según fuentes judiciales.

Posteriormente ha declarado ante la magistrada, durante poco más de una hora, el agente detenido, Alberto, de 36 años de edad, que también ha respondido a todas las partes y que desde que el pasado sábado fue arrestado en la comisaría de la Guardia Urbana de la Zona Franca de Barcelona, donde estaba de servicio, no ha podido mantener contacto con la otra inculpada.

Según ha informado el TSJC, la magistrada ha acordado que los dos detenidos, que según cómo avance la instrucción se concretará si se les acusa de homicidio o de asesinato, ingresen en cárceles diferentes y en módulos especiales, debido a su condición de policías. La declaración de ambos detenidos se ha llevado a cabo por la tarde porque previamente ha comparecido ante la juez una testigo de la causa, que se mantiene secreta.

La magistrada también ha ordenado realizar una exploración psicológica a la detenida, por parte de médicos forenses, mientras que en el caso del arrestado la juez no lo ha considerado necesario. Según las fuentes consultadas, una de las principales hipótesis que barajan los investigadores es que el crimen se produjo cuando la víctima, de nombre Pedro, descubrió que su pareja, de 33 años y con quien residía en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) desde el pasado verano, había reanudado a escondidas una relación sentimental con Alberto, con quien había estado unida en el pasado.

Los investigadores sospechan que el agente fallecido, tras descubrir que su pareja le engañaba con Alberto, les amenazó con desvelar información relevante sobre un proceso en el que ambos arrestados habían sido investigados en 2014, en una causa ya archivada, tras la muerte de un "mantero" que se precipitó por un acantilado al huir de un dispositivo de la Urbana en Montjuïc.

En aquel proceso, la investigación judicial se acabó archivando al determinar los Mossos d'Esquadra que el vendedor ambulante cayó accidentalmente, sin que interviniera ningún agente de la Urbana. Antes de caer, el "mantero" había agredido con una arma blanca a Rosa, que sufrió un corte de poca consideración en una pierna.

Según las fuentes consultadas, los dos urbanos que estuvieron más cerca del mantero, de origen pakistaní, antes de que cayera por la zona acantilada eran Rosa y Alberto, que durmieron en prisión preventiva por la muerte de su compañero, en este enrevesado crimen cometido supuestamente en el marco de un triángulo amoroso.

El agente detenido fue condenado en 2013 por un juzgado de Barcelona a una multa de 300 euros y a una indemnización de 600 euros por una falta de lesiones por agredir a otro mantero, de origen senegalés, en un dispositivo de la Urbana contra la venta ambulante, según las fuentes.