Los tres presuntos ladrones, todos ellos adolescentes, entraron a la fuerza en una casa cercana a Broken Arrow, Oklahoma. El dueño, que estaba en casa con su hijo, cogió el arma y se enfrentó a ellos.

Dos de ellos fallecieron dentro del hogar, mientras que el tercero ni siquiera llegó a cruzar la puerta, según dijo la oficina de policía del condado de Wagoner.

Los tres jóvenes vestían de negro, incluyendo mascarillas y guantes. Una joven de 21 años se entregó a la Policía declarando que ella fue la que condujo al trío al lugar de los hechos.

Las autoridades han declarado que el tiroteo fue en defensa propia y que por tanto no habrá cargos.

Un vecino que vive a dos casas dijo que los disparos eran lo suficientemente fuertes como para hacerle correr hacia la ventana para ver qué era lo que había sucedido.