"Todo mi apartamento se impregnaba con el olor de salsa para la pasta y pescado frito. Parecía que su cocina estuviera en mi piso", asegura uno de los vecinos que denunciaron el "acoso olfativo" provocado por la comida de los ancianos.

La disputa de este bloque comenzó en Molfacone, un municipio del noroeste italiano. Los vecinos no podían soportar más el olor del 'fritanga' provocado por Roberto y María, un matrimonio de 78 años que residía en el bajo de su bloque.

El problema de los olores se había incrementado debido a una grieta que tenían los ancianos en su extractor de humo de la cocina. Los vecinos, aseguran en el diario 'La República' que el olor provocado por los platos que realizaban había pasado "los límites tolerables".

Finalmente, el Tribunal Supremo de Italia ha emitido la sentencia 14467/2017 por la que se juzgará el exceso de olor emitidos por el aceite frito. Esta sentencia provocará jurisprudencia dentro de la Ley de gases, en un país donde el enfrentamiento vecinal por este tipo de problemas es cada vez más habitual.