Con su bebé en brazos, Amal abandona el hospital de Melilla. "Me dieron dolores, me vine (desde Tánger) y me trataron muy bien", cuenta.

Ismahal, su hija y su nieta recién nacida ya se marchan a Marruecos. "Somos muchas las mujeres que venimos desde Marruecos", explica. Allí no hay sanidad pública; nacer en un hospital está al alcance de muy pocos.

El 60% de las mujeres que han dado a luz en el hospital comarcal durante este año no son españolas. Sólo en los primero 15 días de noviembre el hospital ha registrado 69 partos de mujeres extranjeras.

"Las parturientas no nacionales y no residentes no entran en ambulancia cuando vienen a parir a Melilla, sino que tienen otra estrategia cuando se encuentran en la ciudad", destaca Abdelmalik El Barkani, delegado del Gobierno en Melilla.

Esta otra estrategia está siendo investigada por la Policía Nacional. Sospechan que existen mafias que cobran a las embarazadas el desplazamiento desde Marruecos, la estancia en España y la atención en el hospital.

Fuentes sanitarias aseguran que las parturientas que llegan por urgencias y siempre les acompañan las mismas personas. "Redes que se organizan en personas concretas que convierten este servicio en un negocio", analiza Omar El Hartiti, presidente de Sevilla Acoge.

Quieren tener ayuda sanitaria en el caso de que se complique el parto. Es lo que les da fuerzas para cruzar una frontera a punto de salir de cuentas.