A mediados de marzo, Alicante amanecía batiendo récord de calor en un día de invierno. Pero en apenas tres días, los 35 grados se transformaron en las peores inundaciones desde 1997, repetidas también en otros puntos del Mediterráneo.

En Málaga, en diciembre del año pasado, la ciudad sufrió las peores inundaciones en 25 años, pero no las últimas. Sólo dos meses después, Málaga volvía a ser arrasada por las lluvias.

La historia se repetía a mediados de enero, no sólo con inundaciones, sino con unas nevadas sin precedentes

Torrevieja, y en particular la costa de Orihuela, registró la mayor nevada en 60 años y en Dénia, una nevada también histórica cubría la ciudad dejando atrapados a conductores y obligando a cortar carreteras.

Ese mismo día, Murcia despertaba cubierta de nieve, algo que no sucedía en más de 30 años. Cuatro meses de récord que culminan un invierno devastador para el Mediterráneo.