Esta mujer, que llegó a ser la más obesa del mundo, ingería 18.000 calorías diarias, nueve veces por encima de la cantidad de calorías que ingiere un adulto normalmente.
Su sobrepeso hizo que estuviera postrada en su cama durante cinco años, pero supo que debía cambiar su aspecto y mejorar su salud si quería cuidar de sus sobrinos, que estaban a su cargo.
Por ello, Mayra se sometió a una cirugía de bypass gástrico y comenzó una dieta sana. Además, empezó a hacer ejercicio y lo combinó con diversas cirugías para eliminar la piel sobrante tras la pérdida de peso.
