En su declaración ante el juez, Rosa Peral asegura que Albert López, el otro guardia urbano acusado del asesinato de su pareja sentimental, le contó hace un tiempo que hacía años mató a un vagabundo y a sus perros que siempre le ladraban cuando pasaba por delante.

Asegura que esos ladridos "le molestaban" y que por ello trasladó al hombre y a los animales a una fábrica y "los quemó". "Lo comentó riéndose del hecho, como si fuera algo normal", asegura Peral, que no ha sabido dar una fecha concreta del suceso aunque sí ha asegurado que él le dijo que "salió en las noticias".

Tras revelar este supuesto crimen, también le incriminó, como ya hizo anteriormente, en la muerte de un hombre durante un operativo en la montaña de Montjuic. "Un hombre me vino con una navaja y me dio en la pierna y él salió corriendo detrás", asegura la agente, que señala que cuando llego al lugar "el hombre estaba muerto".