Al menos media docena de diócesis españolas celebrarán el 31 de octubre 'Holywins' (la santidad vence o los santos ganan), frente a la celebración pagana de 'Halloween', e invitan a los niños a disfrazarse de santos.

Esta iniciativa nació en París en el año 2002, y cada año acuden miles de niños y jóvenes el 31 de octubre. En España, una de las diócesis pioneras de esta celebración es la de Alcalá de Henares (Madrid) donde se celebrará esta fiesta por octavo año consecutivo, aunque en los últimos años también se han sumado otras diócesis.

'Holywins' es un juego de palabras que significa "la santidad vence" y los obispos quieren recuperar con esta fiesta el verdadero significado del Día de Todos los Santos que, a su juicio, está "cada vez más eclipsado por la celebración pagana de Halloween".

Por ello, frente a los disfraces de los muertos vivientes que llenan las calles de las ciudades cada 31 de octubre, cada vez son más los obispados que se suman a la celebración de 'Holywins' para transmitir un mismo mensaje: "La vida es hermosa y su meta es el Cielo".

Concretamente, en la diócesis de Alcalá de Henares, donde lleva celebrándose Holywins ocho años, se invita a los niños a acudir a la catedral disfrazados de su santo preferido.

'Holywins' se dirige a todos los niños de catequesis infantil y confirmación, movimientos laicales, cofradías, asociaciones apostólicas, a los jóvenes y a sus familias. Para ayudar a todas las parroquias a promover esta iniciativa, la Delegación de Juventud de la diócesis de Cádiz y Ceuta ha preparado un material, a modo de propuesta, que incluye una catequesis sobre la llamada universal a la santidad e invita a los niños a que vayan disfrazados de santos.

"La palabra Halloween es la contracción del inglés All Hallow's Eve, que significa la víspera de Todos los Santos, pero con esta fiesta se busca alejarse de la religión, de la fe. Nosotros celebramos a todos aquellos que siguieron a Jesucristo, la deslumbrante fiesta de Todos los Santos desborda luz, alegría y esperanza", asegura el obispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza.