Una de las últimas llega de un profesor universitario: dice que no fue elegante dejarla tirada en el portal pero que por eso no se puede encarcelarlos. Llega a decir que tendría que haber sido ella la juzgada.

Luciano Méndez es profesor de la universidad de Santiago y sus comentarios en redes sociales son el último ataque a la víctima de 'La Manada'. Hace afirmaciones tan duras como esta: "La usan y la dejan tirada. No es elegante pero tampoco se les puede castigar por eso".

Asegura que la joven ha mentido y que ella debería ser la culpable. "No podemos condenarla, que es lo que teníamos que hacer, y decirle 'neniña', lo siento mucho; no nos vengas aquí con tus tonterías".

Méndez ya fue denunciado en 2016 por realizar comentarios machistas a una alumna. Los movimientos feministas de la universidad están indignados. Erea Blanco, de 'Marcha mundial das mulleres', afirma que "un profesor de una universidad pública debería tener formación de género, debería ser un poco más inteligente en sus comentarios. Un señor que no es capaz de formarse a sí mismo, no puede formar a nadie".

No sólo por parte de este profesor llegan nuevas críticas hacia la victima; en la Tribuna de Cartegena, un nuevo artículo: le llaman "niñata" y vuelven a insistir. Aseguran que "iba borracha, porque hoy en día las mujeres beben igual o más que la mayoría de hombres, y se lo pasó en grande. Luego se arrepintió, pues vale. Ahí está la condena. Poco más se puede hacer".

El texto añade: "¿No quería igualdad? Pues enhorabuena, ya están todas las mujeres a la altura del hombre, ya somos todos unos animales ¡Toma igualdad! Por cierto, no me extraña que cada vez aparezcan más 'femiestanilistas' con aspecto físico deleznable... con la pandilla de 'sensiblones', por no decir otra cosa, que hay hoy en día".

Todos estos nuevos golpes a la joven se suman a la publicación en Forocoches de sus datos personales y de su foto. Ella ya ha denunciado, además de enfrentarse a un duro juicio, la víctima de 'La Manada' tiene también que aguantar los continuos insultos y que no se preserve su derecho a la intimidad.