Alberto Buale siente lo mismo cada mañana antes de irse a
trabajar: "Te vas y dices ya el 80% del día voy a estar fuera y la verdad es
que da mucha pena y hasta da un poco de rabia, enfada". Porque su hijo, Leo,
tiene sólo tres meses y aunque pudo tener casi un mes de baja paternal juntando
vacaciones la conciliación todavía es un asunto pendiente en nuestro país.
"Derivado de la cultura del presentismo, todavía hay muchos
trabajadores que piensan que al ejercer lo que es un derecho legítimo, están
entrando en conflicto o en contencioso con la empresa, cuando realmente eso no
es así", explica José Ramón Solera, abogado laboralista.
Las madres pueden ceder a los padres algunas de las diez
últimas semanas de su permiso, pero sólo un 2% de los hombres decide compartir
la baja. La mayoría se coge sólo los 16 días que corresponden, como Ángel
Gutiérrez. "Es importante el papel que tiene el padre de apoyo psicológico, de
apoyo físico y de trámites burocráticos", señala él mismo.
La Ley de 2012 y el estatuto de los trabajadores dejan la
puerta abierta a que empresa y trabajador negocien cada caso y se pueda
conciliar, por eso Eugenio Gallego pudo estar dos años entre Madrid y Málaga: "Todos
los lunes muy temprano cogía el AVE de la primera hora para llegar aquí a
trabajar de lunes a jueves, los viernes 'teletrabajaba' y el lunes siguiente
vuelta a empezar". Los padres directivos son un ejemplo en materia de
conciliación, pero todos coinciden en que todavía queda mucho por hacer.